Cuando hablamos del marketing digital constantemente surgen nuevos conceptos y tendencias que adquieren diferentes grados de relevancia dentro de ese espacio. Uno de ellos es el término “growth hacking” que es una estrategia mayormente utilizada para emprendimientos (startups) pero que en el último tiempo ha sido usada también para estrategias de comunicación más generales. ¿En qué consiste? ¿Cuándo conviene utilizarla? Seguí leyendo y descubrí las respuestas.

El universo digital es increíblemente grande. Dentro de este gran ecosistema surgen técnicas o tácticas que en un principio fueron pensadas para ámbitos específicos pero que luego son absorbidas por otros espacios y se adaptan a las necesidades de cada uno de ellos.

Uno de esos casos es la estrategia del “growth hacking”. Básicamente consiste en aumentar los ingresos, número de usuarios o lo que consideremos relevante para determinado negocio o empresa, con recursos y esfuerzos mínimos. En este caso es todo cuestión de tamaño, buscando siempre el crecimiento, esta disciplina apela a la creatividad y originalidad para cumplir con ese objetivo primordial.

Tácticas del growth hacking

Si bien las diferentes tácticas que comprende el growth hacking se vienen utilizando hace muchos años por las startups, cuando son llevadas al mundo del marketing digital en general hay dos cuestiones principales a tener en cuenta:

• La tecnología: una buena estrategia de growth hacking necesita siempre poder automatizarse.

• Lo ético: debido a que algunas tácticas rayan el límite de lo ético y moral, las empresas grandes o muy reconocidas tienen que tener más precauciones a la hora de aprovechar los beneficios de estas técnicas.

Algunos ejemplos de growth hacking

Invitaciones exclusivas: esta técnica permite que sólo determinados usuarios puedan acceder a la prueba de un producto a través de invitaciones exclusivas. Estos a su vez tienen la posibilidad de invitar a sus amigos o contactos para que prueben el producto y así se empieza a correr la voz (marketing boca a boca). Esto enaltece de cierta manera a los usuarios que son seleccionados para probar un producto y que pueden, al mismo tiempo, invitar a otros usuarios de su círculo a pertenecer a ese ámbito supuestamente privilegiado.

Beneficios exclusivos: los usuarios que recomiendan o comparten el producto obtienen ventajas o accesos premium. Por ejemplo el growth hacking de Dropbox se debió a que los usuarios que recomendaban ese producto obtenían mayor espacio de almacenamiento en sus cuentas. Esto no solo incentivaba a compartir el producto sino que también creaba una legión de usuarios muy involucrados con el producto.

Publicidad dentro del mismo producto: los usuarios utilizan el producto y al mismo tiempo lo promocionan. Hotmail fue un caso emblemático y uno de los primeros en aprovechar las tácticas del growth hacking. Cada vez que un usuario enviaba un correo electrónico en el pie del mismo aparecía el siguiente texto: “Obtené tu cuenta de correo electrónico gratis en Hotmail”. Era un hipervínculo que llevaba al usuario a un formulario para configurar su cuenta.

GrowthHackers es un sitio web donde se discuten diferentes casos emblemáticos, se presentan tácticas novedosas y herramientas disponibles para aplicar en las estrategias de marketing. WhatsApp, Snapchat y Tinder representan sendos ejemplos de crecimiento viral y casos de estudio muy interesantes.

¿Qué se necesita para trabajar profesionalmente una estrategia growth hacking?

Creatividad: la curiosidad es un atributo fundamental. Busca constantemente nuevas y creativas formas de aumentar el crecimiento sin aumentar los costos.

Multiconocimiento: sabe un poco de todo (psicología, antropología, tecnología, comunicación) para poder tomar decisiones inteligentes.

Agilidad: de acuerdo a las métricas y a su correspondiente análisis se adapta a las diferentes circunstancias a las que se enfrenta.

Análisis: testea constantemente para evaluar qué cosas mantener y qué dejar de lado dentro de la estrategia.